El pasado fin de semana del 5,6 y 7 de
abril Dani y un servidor que os cuenta, nos
desplazamos a Sierra Nevada para afrontar el ascenso al Mulhacén desde
Capileira.
Después de 5 horas de coche llegamos al
alpujarreño pueblo de Capileira, tras unas cervezas y unas tapitas subimos a la Central Eléctrica
de Capileira para pasar la noche en la furgoneta y afrontar desde bien temprano
la primera jornada (Central - Poqueira - La Caldera ). Amaneciendo y con mucho frío nos
equipamos, preparamos las mochilas y nos
ponemos en marcha. La subida se hace dura y las crecidas de las aguas nos ponen
en más de un apuro para cruzar las chorreras que se nos abren al paso,
puetencillos caídos, placas heladas… pero nosotros a lo nuestro, con la mirada
puesta en lo alto de la Sierra.
Tras cuatro horas de ascenso llegamos al
Refugio Poqueira, nos hidratamos, descansamos y al poco tiempo estamos en
marcha buscando el paso de la Caldera. La
subida se aventura dura y la ventisca a medida que ascendemos muestra mayor
fiereza, así paso a paso y tras cuatro largas horas de caminata, aguantando
vientos de más de 50 km/h, llegamos al Refugio de la Caldera. Se encuentra cubierto
por un metro de nieve, por lo que tenemos que entrar por la puerta superior. Al
entrar descubrimos que el refugio tiene mucha nieve en el interior y la puerta
no cierra, limitando bastante su habitabilidad en unas condiciones muy extrema
a 3.050 m de altitud.
Es hora de decidir, son casi las 19:00
horas de la tarde, llevamos más de 8 horas de ascenso con 13 kg a la espalda,
pisando nieve blanda y aguantando empujones de 50 km/h. La meteorología no es
buena y nuestro objetivo de coronar el Mulhacen se difumina. Finalmente
decidimos regresarnos al Poqueira, el descenso es lento y pesado, el sol se
escapa por el Veleta y la temperatura baja considerablemente. Tras dos horas
llegamos al Poqueira, hablamos con Rafa, su guarda, que nos comunica que el
refugio se encuentra completo. Nos ofrece dormir en el suelo de la cocina con
unos aislantes, es lo mejor que podemos tener, por lo que aceptamos sin
pensarlo demasiado.
Bien temprano, a eso de las 6:00 horas de la
mañana aparecen por la cocina los primeros montañeros del día, rompiendo
nuestro sueño. Hay que levantarse, desayunar y descender hasta el coche.
El Mulhacén invernal, nos seguirá
esperando…
Cena en Capileira
Preparando nuestro hotelito
Té para desayunar
Refugio del Poquira
Refugio de la Caldera, la puerta está desencajada y no cierra, acumulando nieve en su interior.
Dani y yo con el Veleta al fondo
Puente caído por la fuerza de la corriente.
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